Ha llamado otra vez
ha vuelto a sonar
el timbre de la tristeza.
¿De dónde salen las ganas de
hacer llorar al viento?
Se transforman remolinos
giran alocados transportando
arena hacia los ojos limpios.
Algo que quiso ser abrazo
se tornó castigo, golpe, lamento
doloroso grito que el agua confunde
sin traducción posible.
En el suelo memorias sucias
papeles que mienten
mientras las verdades juegan
a esconderse en las lágrimas
que nunca debieron ver la luz.
Espirales interminables gritando
¡Basta..basta!
mientras las manos tratan de tapar
los oídos para no escuchar
el timbre de la amarga tristeza.
Mabel Escribano
Derechos Reservados
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