EDEN

Entro en la habitación 
donde hicimos el amor
se acelera el ritmo de mis venas
la sangre hace carreras 
por el campo de mi cuerpo.
Recorro el tuyo abrazándolo
retrocedo en la memoria 
y lo asumo ahora, en este instante
desnudando todo aquello que 
puedo tomar entre mis brazos
acariciar con mis manos
lamer con mi lengua
quemar con mis ojos.
No importa si es mañana o tarde
si entraron a limpiar la habitación
si el hotel cerro por reformas
no importa si no me dejaron viajar
con un electrocardiograma casi plano
en lugar de billete electrónico 
si perdí el avión y volé sobre un
viejo poema enamorado de ti
escrito con mi alma.
Estoy contigo
en la habitación donde nos amamos
y te tomo como se toma 
aquello que no se ha tenido
durante un tiempo 
casi imposible de soportar
te tomo con ansias
con rabia 
con fuerza
hincando mi boca en la tuya
asfixiando tu cuerpo contra el mio
queriendo parar el tiempo
en esta habitación con vistas
al edén de tu cuerpo.

Mabel Escribano
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